Proyecto en muralismo del Instituto Milenio SECOS unió a artistas, estudiantes y científicos para intervenir la fachada del Liceo Carmen Rodríguez de Tongoy

Durante las primeras semanas de diciembre, investigadores y artistas del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), junto a la comunidad del liceo técnico en acuicultura de Tongoy, pintaron un nuevo mural en el establecimiento, que aborda la biodiversidad del ecosistema marino y las interacciones socioecológicas que ocurren en esa zona costera.

Desde lo lejos de la avenida Barnes de Tongoy, se pueden ver amplios muros amarillos que rodean al Liceo Carmen Rodríguez, un establecimiento educacional técnico en acuicultura que tiene alumnos entre primero y cuarto medio. Cerca de las rejas de la entrada, a la izquierda, a visitantes y estudiantes los reciben dos murales, ambos pintados en 2019. Uno, pintado en mayo de aquel año que muestra algunos de los ecosistemas de Tongoy (mar abierto, humedal, el Cerro La Virgen con las casas de Tongoy) y en donde destaca un gran pulpo y una palometa y, otro, pintado en octubre, en el que se observan especies marinas micro-y macroscópicas, herramientas de medición y una representación de la acidificación del océano y su efecto en los ostiones. Aquellos murales fueron co-creados, diseñados y pintados por alumnos y profesores del liceo, junto a un equipo de artistas y científicos, liderados por Fernanda Oyarzún, doctora en biología y artista visual, y Alonso Salazar, ilustrador naturalista, investigadora asociada y artista colaborador, respectivamente, del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS).

Durante la última visita del equipo en 2019 a Tongoy, parte de la comunidad y del mismo liceo, levantaron la necesidad de reflejar mediante expresión artística la realidad de los bosques de algas en la zona. Así, entre confinamientos por el Covid-19, los artistas Fernanda y Alonso, juntaron historias y relatos de investigadores y de alumnos, siguieron en comunicación via whatsapp y redes sociales para dar paso a la co-creación en la distancia de un mural de manera virtual, que posteriormente sería pintado y financiado por fondos otorgados por la Iniciativa Milenio en su programa de Proyección al Medio Externo (PME).

Después de dos años desde el último mural, y una vez que las medidas sanitarias lo permitieron, el equipo de artistas e investigadores del SECOS, provenientes del sur y del centro del país, partieron a Tongoy a inicios de diciembre de este año, con el objetivo de pintar su tercer mural en el liceo. Así, los artistas llevaron el boceto de mural, co-creado con la comunidad, a los alumnos del liceo, para analizarlo e incorporar nuevas sugerencias y modificaciones al diseño, de manera de que fuese representativo del ecosistema marino de Tongoy y, sobre todo, de ellos.

 “Este mural surgió porque las personas con quienes conversamos realizando los murales anteriores, nos hablaban de los bosques de algas, de lo preocupados que estaban de estos y cómo iban desapareciendo. Así que, desde el inicio, desde la primera idea, ese fue el tema de este mural; los bosques de algas y su interacción con los buzos, con los recursos marinos y con el cultivo de ostiones, y todos los ciclos, organismos y todas las cosas que pasan ahí”, explica Fernanda Oyarzún, quien lidera la unidad de Artes + Ciencia del SECOS.

“Los estudiantes, los profesores y los distintos vecinos de Tongoy, nos fueron contando sus historias y las fuimos incorporando. Incluso, personas que iban pasando mientras pintábamos nos gritaban que incorporásemos a una jibia, un cormorán o un lobo de mar. Entonces, sacamos algunos organismos y pusimos otros que eran más importantes para la comunidad, siempre respetando la información científica, en el sentido de que fueran especies adecuadas y de que fueran los procesos validados por la investigación que se está haciendo en la zona. La idea es tratar de conectar ambas cosas”, agregó la también investigadora de la Universidad Católica de la Santísima Concepción UCSC.

“En relación a los murales anteriores, tuvimos más tiempo para planificarlo, debido a todo el tiempo que estuvimos confinados en pandemia, en donde pudimos discutir mucho más el diseño. Sin embargo, uno siempre se abre, a medida que va avanzando, a la opinión de la gente, de los niños del liceo y de nosotros mismos, entonces van surgiendo algunos cambios en el camino. Una cosa es planificar en un papel y otra es enfrentarte al lugar in situ, porque el lugar a veces te habla, te dice otras cosas y eso también lo incorporamos y así van apareciendo cambios que enriquecen”, comenta Alonso Salazar, ilustrador naturalista y artista colaborador del SECOS.

Ciencia que interactúa con el ambiente y la comunidad

Ocho días de 12 horas diarias de pintado en que alumnos, profesores, investigadores del SECOS y artistas pintaron juntos y compartieron con los vecinos y vecinas que transitaban por la calle.

“Este mural en particular, es importante por estar en Tongoy, una comunidad en la que hace mucho tiempo que estamos trabajando, desde el sistema socio-ecológico de la acuicultura. Para nuestro Instituto, el arte y la ciencia son una unidad que va mucho más allá de la vinculación con el medio o de la difusión de nuestros resultados. La idea es incorporar el arte dentro de los Sistemas Socio-Ecológicos, para co-crear narrativas comunes”, dice Pilar Haye, directora alterna del SECOS y académica de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte.

Asimismo, la directora del Liceo Carmen Rodríguez, Perla Araya, señaló que “como Liceo Carmen Rodríguez nos sentimos muy agradecidos de poder ser parte de esta co-creación del grupo SECOS con estos excelentes artistas, con una mirada científica que nos acerca a todo nuestro territorio oceánico. Los alumnos en este proyecto se sienten integrados con sus ideas, como algunas aves y animales marinos, lo que tuvo como resultado que vinieran día a día junto con docentes a pintar este mural”.

Arte basado en ciencia

El tercer mural en la fachada del Liceo Carmen Rodríguez, que fue co-creado con la comunidad escolar y de Tongoy, refleja el trabajo minucioso de diversas personas y tiene una base científica importante.

Una parte representa el cultivo de ostiones y la importancia que puede tener un bosque de algas sano y biodiverso, en el reciclaje de desechos y nutrientes que provienen de los cultivos y que pueden reincorporarse al sistema. También se sugiere con el cambio de color del agua y el oleaje, la importancia de los bosques de algas en reducir la fuerza de las olas, lo que es importante en eventos de marejadas e incluso tsunamis.

También, los artistas incluyeron instrumentos científicos como el CTD que está bajo la boya del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), con la cual se registran todos los parámetros físicos y oceanográficos que se le dan a la comunidad en forma directa, a través de su celular. Se observa también a un buzo científico tomando datos en el bosque en un aparato llamado TitBit, que usan ecólogos para medir la temperatura a intervalos de minutos en hábitat particulares, y así entender las variaciones que experimentan especies en particular.

Por otra parte, cada una de las especies que están pintadas, fueron ilustradas tomando en cuenta su descripción científica, anatómica y morfológica, y, además, se confirmó que fueran especies abundantes o presentes en la zona. Un aspecto importante también, es la buza que aparece en el extremo izquierdo del mural. La buza representa el pasado y el presente, una mitad con una escafandra antigua y, la otra, es una buza moderna con su regulador normal. A medida que los artistas y alumnos iban pintándola, llegaron a la conclusión de que no solo era una buza antigua sino que podría ser una abuela, lo que, en el fondo representa la memoria de Tongoy. “Lo interesante fue que la gente lo interpretó así; se acercaban a decirnos ‘Es la memoria, es el pasado, los recuerdos, los mayores, ¿no?’. Eso también fue un bonito momento de conexión con las historias que estábamos tratando de entrelazar”, explica Fernanda Oyarzún.

“El arte y la creatividad son muy necesarios y son una gran herramienta en la pedagogía. El hecho de que vengan artistas como Alonso y Fernanda a trabajar con los chicos les da una gran motivación, porque salen de la rutina y se motivan a poder crear, compartir, conocer y hacer otras cosas. Nuestra expectativa es que los chicos sigan motivándose a crear y a seguir este camino”, reflexiona Alexis Vallejos, profesor de inglés del liceo Carmen Rodríguez de Tongoy quién ha liderado muchas iniciativas artísticas en el liceo y en colaboración con otros profesores/as.

Pero el mural no termina aquí, así como el conocimiento se sigue expandiendo y actualizando, este mural busca ser un continuo testigo del poder de la co-creación. Por esto ya hay un equipo de artistas colaboradores liderados por la investigadora SECOS, Genevieve Tremblay, que están creando realidad aumentada que será incorporada a este mural el próximo año y que se podrá ver con una aplicación desde el celular. La idea es agregar la dimensión de tiempo, movimiento y procesos a las imágenes e historias que han sido recolectadas por los científicos, estudiantes y miembros de la comunidad.

  

Un mural que cuenta historias

De manera adicional a la construcción de este mural, el equipo del SECOS realizó un taller de periodismo y redes sociales a los alumnos del tercero medio humanista del liceo, en donde se les asignó un objetivo: crear cápsulas audiovisuales que reflejen las historias detrás de este mural.

Así, ocho alumnos crearon videos en los que relataron, por ejemplo, la historia de sus familiares que trabajan en el mar, o el problema que hoy existe con los lobos marinos y la pesca artesanal, la interacción del arte y la ciencia o la importancia de especies como la jibia para la zona.

“Esta es una instancia donde los chicos se pueden dar cuenta de que la ciencia no es tan alejada de lo que ellos hoy están estudiando. La ciencia y todas las asignaturas están conectadas, entonces el hecho de que ellos puedan ver a través de su propia experiencia, este tipo de situaciones, es muy importante para su proceso de enseñanza-aprendizaje. Sobre todo, creo que es muy relevante que puedan trabajar a partir de sus experiencias, de lo que ellos conocen, porque lo hace mucho más cercano”, analiza la profesora de lenguaje y filosofía del liceo, Alicia Jansson.

“Estos excelentes artistas llegan año a año con sus ideas de arte naturalista y co-construcción, para visibilizar lo que tiene nuestro mar, nuestro entorno y los distintos ecosistemas. Siempre van a ser bienvenidos y nos queda mucho seguir pintando. Mientras la vida lo permita, vamos a seguir trabajando en lo que nos gusta; haciendo arte y haciendo ciencia”, finaliza la directora del establecimiento, Perla Araya.

¡Revisa las fotos del proceso de pintado del mural!