En curso internacional: Científicos latinoamericanos buscan incorporar protocolos internacionales para medir y reportar la acidificación oceánica

El encuentro busca generar capacidades y conocimientos que permitan llevar un control de calidad sobre el levantamiento de datos y lograr comunicar correctamente series temporales de largo aliento enfocadas en el monitoreo del avance de la acidificación oceánica en Latinoamérica.

Entre el 9 y el 11 de noviembre, científicos senior, encargados de laboratorios y químicos marinos involucrados en estudios de la química del carbono de países de América Latina, participaron del curso internacional y remoto Quality control and management of carbonate chemistry data for studies of ocean natural variability and long-term ocean acidification monitoring programs in Latin America, coordinado por la Red Latinoamericana de Acidificación del Océano (LAOCA) y apoyado por el Instituto Milenio de Oceanografía, el Instituto Milenio SECOS y Proyecto Anillo-ECLIPSE del Centro Científico CEAZA.

El taller fue organizado por Cristian Vargas, codirector de la Red Latinoamericana de Acidificación del Océano (LAOCA), académico de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, e investigador del Instituto Milenio de Socio-Ecología Costera (SECOS) y el Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), junto a Víctor Aguilera, investigador del Centro Científico CEAZA y director del Proyecto Anillo-ECLIPSE.

La instancia buscó transferir conocimientos y herramientas que permitan medir la variabilidad natural y compartir datos acerca de la química de carbonatos; conocer los principios de localización, accesibilidad, interoperabilidad y reutilización (FAIR, por su sigla en inglés) para la gestión de datos científicos y el control de calidad (QC) de los mismos; y conseguir la validación y análisis de datos, para series temporales de acidificación del océano (AO); entre otros.

Este curso tuvo especial interés en lograr una correcta transmisión de información del avance de la acidificación oceánica, sobre todo considerando la meta número tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 14, de la ONU, que establece «minimizar y abordar los efectos de la acidificación de los océanos, incluso mediante una mayor cooperación científica a todos los niveles».

Para cumplir este objetivo, el curso apunta a que es necesario el uso adecuado de una metadata globalmente consensuada, así como ejercicios de validación, lo cual permite que los datos suministrados mediante el uso de importantes recursos humanos y materiales, sean correctamente utilizados.

El Dr. Vargas, señala que el encuentro pretende motivar a la comunidad científica en Latinoamérica a compartir en repositorios globales la información generada desde los diferentes instrumentos de medición, ya sea en cruceros de investigación o boyas instalas por meses u años. “Cuando los datos están disponibles, luego de ser analizados y publicados, se puede conseguir una mirada a nivel regional y conocer, por ejemplo, cuáles son los cambios que están ocurriendo en la química del océano en diferentes partes de la región de Latinoamérica (en Pacífico Sur, en el Atlántico Sur, en el caribe, etc.) y cómo, a partir de esos datos, podemos responder preguntas interesantes desde el punto de vista biológico y/o químico”, asegura.

Según explica el Dr. Aguilera, la correcta información de variables asociadas a la química de los carbonatos y acidificación oceánica son un creciente desafío para los investigadores no sólo latinoamericanos, sino que de otras partes del mundo como es el caso de Indonesia y sectores de África. “La validación de datos nos permite detectar errores en las mediciones que puedan llevar a conclusiones equivocadas, por ello la correcta información es vital para poder integrar datos colectados a escala regional y así lograr establecer patrones y tendencias más generales o globales”, advierte el especialista en oceanografía. “Reducir la incertidumbre acerca de datos de dudosa calidad es imperativo para lograr mejores y más precisas proyecciones, las cuales a su vez sustentan las políticas y estrategias de mitigación de los países frente al cambio en el sistema ambiental”, añade.

Estandarizar el registro de datos

Conseguir estándares de levantamiento de datos, mejores prácticas y lograr procedimientos de control de calidad (QC) son requisitos fundamentales para el intercambio de información y enriquecer los depósitos globales de datos oceánicos. En ese contexto, durante el curso los participantes aprendieron algunos criterios comunes utilizados en muchos países del mundo, especialmente en Europa y Estados Unidos, relacionados con el formato con el cual debiesen compartir los datos levantados, para contar con un lenguaje común que les permita entender, analizar y lograr tener una mirada a mayor escala que consiga detectar cambios en el océano.

“Si usamos un formato común es más fácil poder compartir la información generada, poder analizarla y comprender los cambios. Esto permite generar hipótesis nuevas, realizar colaboraciones con otros países y contar con bases de datos a nivel mundial. Todo ello posibilita a la vez, observar cambios que se estén detectando en alguna región específica que, por ejemplo, sean parte de un patrón a escala espacial mucho más grande”, asegura el Dr. Cristian Vargas.